Madres Emprendedoras. 3 mitos de los que nadie te habla

Ser madres nos lleva a una nueva etapa en nuestra vida. Una donde todo aquello que entendíamos seguro, de repente no lo es tanto. Vemos nuestros roles trastocado de una manera inmediata y abrumadora. De repente nuestras prioridades cambian y así nuestro estilo de vida. 

Uno de los roles que más vemos afectados es el laboral. Comenzamos a cuestionarnos el tiempo invertido en el trabajo y el esfuerzo que tenemos que hacer para separarnos de nuestros hijos, entre otras cosas. Y así, sin ser invitada y mucho menos deseada, aparece la culpa. Y nos sentimos culpables por no estar día a día, minuto a minuto en la vida de nuestro retoño. Muchas veces antes de tenerlo en nuestros brazos, ya nos sentimos culpables del tiempo que no vamos a pasar juntos. Y luego de analizar y pensar tomamos la decisión de renunciar a nuestros empleos y quedarnos en casa o emprender desde nuestro hogar. Y es aquí donde nos damos cuenta que los cuentos de hadas, son eso mismo, falacias.

Ahora, hablemos de los 3 mitos a la hora de trabajar desde tu hogar. 

Mito 1

Soy mi propia jefa

Mentira. Cuando somos madres automáticamente adquirimos un nuevo jefe(a) demandante e irracional, literalmente. Nuestros hijos van a decidir cuando y cómo vamos a trabajar. Puede que un día duerman 12 horas de corrido y podamos producir, como puede que cada media hora estén llamandote para que los alimentes, los cargues, los limpies o simplemente los tengas cerca. Ellos van a decidir tus horas de sueño, descanso y comida. Y ni te creas que te darán días de descanso y vacaciones, eso ni pensarlo. 

Realidad: El trabajo desde la casa nos da la libertad de no tener que rendirle cuentas a nadie, excepto a nosotras mismas. Así que esta de nosotras el aprender a trabajar bajo nuestras circunstancias. 

Mito 2

Ahora tengo más tiempo

Mentira. Una vez comiences a trabajar desde tu hogar te darás cuenta de que el tiempo no te da. Que 24 horas son pocas para hacer todo lo que debes hacer y esto debido a que ahora tienes todo unido, la casa, el trabajo, la familia. Son muchas distracciónes juntas. De momento comienzas a trabajar y vez la trastera en el fregadero o la ropa sin doblar y quizás te dices, lo dejo para cuando termine, pero cada vez que escribas, leas o veas algo, los trastes y la ropa estarán dándote vueltas en la cabeza. O peor, el trabajo te atacará a las once de la noche, justo cuando estás a punto de dormir. 

Realidad: Debemos aprender a separar nuestro trabajo del resto. Asignar un área en específico, lo más aislada posible, donde tengamos todo a la mano. Debemos aprender a utilizar las herramientas precisas para realizar nuestro trabajo de manera eficiente y sin distracciónes. 

Mito 3

Voy a tener ganancias, pues no tengo gastos

Mentira. Puede que te ahorres el gasto de gasolina y almuerzo, quizás el de la ropa, pero ahora tendrás que invertir. Invertir en equipo, en educación, en mercadeo y publicidad. Siempre puedes comenzar de cero, con lo que tienes a la mano, aprovechando las cosas gratis como las páginas en las redes para promocionarte o las aplicaciones para trabajar, pero en algún momento vas a tener que invertir. Y míralo como una inversión de dinero a futuro y no cómo un gasto. 

Realidad: No verás ingresos tan rápido como piensas. El trabajo desde tu hogar requiere esfuerzo y sacrificio. Requiere compromiso y responsabilidad, primero contigo misma, con tu familia (que son el motivo para hacer lo que estás haciendo) y luego con tus clientes (aunque aún no tengas alguno). Esto te garantizará el éxito en todo aquello que te propongas y los ingresos llegarán poco a poco. 

Ahora, si hay una gran realidad en todo esto: Amarás tener la oportunidad de ver a tus hijos y estar presente en su vida día a día. Pero esto no es exclusivo de aquellas que decidimos quedarnos en casa, porque aquellas que generan sus ingresos fuera de su hogar también están presentes en la vida de sus hijos día a día.

Así que a dar el 100% en todo lo que te propongas, porque es una gran lección de vida para nuestros hijos. 

KVO